1. Comprensión de su necesidad y prepararse con tiempo, capacidad para modificar el plan de acciones.
Ejemplos: si vas a cambiar una forma de ejecutar prográmalo en el tiempo y mecanízalo. Hay cambios en la ejecución muy drásticos que requieren más tiempo que otros. Las épocas vacacionales son un buen momento, pero ¡házlo! y no lo dejes para la semana que viene. Y análizate contínuamente dicho cambio, el cómo te está influyendo en tu estado de ánimo, apóyate también en alguien cercano que pueda orientarte sobre diversas variantes.
2. Anticipación para comprender las acciones del contrario a tiempo y juzgar sus intenciones.
Ejemplos: si vas a competir contra un jugador lento entrénate entonces con un jugador lento de tu club, si vas a competir contra un jugador que consideras muy inferior entrénate con un jugador de tu club que consideras muy inferior. Hay que aprender a entrenar tal como se compite.
Para una comprensión y atención adecuada de los factores anteriores es necesario considerar
a. El rol de los conocimientos y de las expectativas anteriores. Es importante aparte de la experiencia, los conocimientos teóricos. Estos deben adquirirse de forma sistemática. Experiencia y teoría deben formar un conjunto. La experiencia ganada debe ser sometida a análisis para obtener lo esencial. Debe incluir la experiencia de los demás deportistas.
Ejemplo: escucha y analiza las opiniones de tus compañeros, el billar no deja de ser una actividad social.
Debe haber un proceso de integración, experiencia, estudio de condiciones concretas de la competencia, análisis de los planes tácticos y conocimientos previos.
Ejemplo: en la competición por equipos analiza el orden de los jugadores rivales y alinea los que consideres más adecuados.
b. Solución de los problemas tácticos. El pensamiento en la solución del problema táctico por la obtención de ventajas ante el adversario (en puntos, acciones, territorial, moral) que pueden conducir al éxito. Para ello se emplean eslabones intermedios.
Ejemplo: casi siempre hay que realizar una serie de tareas ordenadas o eslabones, casi nunca hay una solución global a un problema sino un conjunto de soluciones elementales y encadenadas. Si tienes un problema de toma de bola y de ataque en una determinada posición, resuelve primero una y después la otra; a veces si empiezas mezcándolas te puede llevar a la confusión.
Hay un plan previo que da una respuesta al problema táctico y se ensaya en los entrenamientos.
Ejemplo: en el caso anterior comienza por decidir qué cantidad de bola quieres tomar, una vez lo has ensayado numerosas veces y garantizado que lo haces con regularidad, entrena entonces la segunda dificultad.
También, los problemas tácticos son solucionados de forma teórica antes de las competencias por la elección de los medios tácticos y ser incluidos en los planes tácticos y las variantes. Esto se realiza eslabón por eslabón. Digamos que el plan sea mantener la ofensiva de forma constante.
Ejemplo: hay ya numerosa documentación sobre cómo resolver posiciones en el billar, entérate, curiosea y practica. Aunque también, no lo olvides, puedes investigar tú, faltaría más.
c. La construcción del plan táctico. El plan táctico es la concretización de la solución de los problemas tácticos. Es la respuesta y no es más que una solución, una hipótesis que será verificada durante la competencia.
Ejemplo: y vuelvo a insistir con la frase lapidaria con la que inicié este blog, "más vale un mal plan que ninguno", al menos así averiguaré si funciona o si habría que decartarlo. Ahora bien, si te planteas un plan táctico (voy a hacer la paradiña, voy a sacar menos flecha, voy a aumentar el número de limajes, voy a ralentizar el ritmo del limaje, voy a agacharme más...) ponlo en práctica hasta el final, depúralo y solo, solo cuando crees que lo has desarrollado por completo, sacas tus conclusiones y decides. No dejes nunca un plan a medias.
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