Ya sabes, esa cosa tan indeseable llamada RETRUQUE, por el cual la bola de entromete en lo que no debe o, ¿quizás es que somos nosotros los que la hemos invitado?, pues yo creo que sí. Jugar al billar es algo más que un cuarto de bola, un efecto favorable y empujar para delante. Hay que razonar un poquito o un muchito e intentar prever circunstancias desfavorables. La mala suerte se puede minimizar.
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