Hay dos temáticas esenciales para iniciarse en el billar: la posición y la ejecución. Entendida la primera como gesto estático (posición general del cuerpo, piernas, brazos, manos, cabeza) que resultará básica para la segunda. La ejecución es el gesto dinámico, es decir, el movimiento muscular básicamente del brazo que se inicia desde su primer momento hasta incluso después de golpear la bola jugadora.
Presentamos aquí lo que estimamos como modelo, sin querer entrar en debate sobre posibles variantes, y con el debido respeto a posiciones y ejecuciones que muchos jugadores, incluso de alto nivel, desarrollan en su estilo personal y que proporciona resultados.
Una de las cuestiones importantes sobre la posición es cuando hablamos del aprendizaje de la misma para un niño de unos 8 a 14 años aproximadamente. Esto es así porque inevitablemente está en proceso de crecimiento y puede que el modelo completo aún no sea apto para él. Sin embargo, algunas consideraciones de posiciones como pudieran ser la mano que sostiene la flecha o la cabeza sí deben ya inculcarse.
Este primer tratamiento sobre la posición es igualmente apto para cualquier otro practicante del billar y puede que encuentre aquí formas de superar vicios adquiridos. El entrenamiento de una actividad como el billar que requiere un equilibrio entre lo que se masculla en la mente y la acción muscular es complejo y es frecuente una colisión de ambos.
Hay numerosos casos que evidencian el hecho anterior. Personalmente soy de la opinión que la mecanización completa que permite decirnos que estamos bien entrenados consiste esencialmente en "grabar en el músculo" una determinada tarea (número de limajes, ritmo de limajes, rectitud del golpe, alargamiento, etc. etc) más que "grabar en la cabeza". No podemos estar continuamente agotando nuestra mente y mucho menos en competición, si cada vez que nos levantamos para actuar tenemos que "pensar" sobre nuestra posición y nuestra ejecucíón. Esta debe emanar de forma natural y resultará así de horas y horas de entrenamientos. Para mí es cierta en su contexto la frase de Dani Sánchez sobre que no importa el tiempo de entrenamiento sino que el que sea tenga sentido. Pero, y aún así, podemos extraer mucho beneficio de muchas horas de entrenamiento: primero como simple actividad deportiva y segundo porque poco a poco nuestra posición y nuestra ejecución acabará grabándose en el músculo.
Al hilo de las evidencias que certifican la aparición de contradicciones entre nuestra mente y nuestro músculo, pregúntate: ¿existen muchos billaristas que no están dispuestos (razonamiento mental) a cambiar su estilo de forma de golpear (acción muscular)? ¿existen muchos billaristas que no tienen paciencia (actitud mental) para cambiar un estilo de ejecución (acción muscular) que vienen realizando desde hace años? ¿están dispuesto los billaristas a un tiempo de espera con bajos rendimientos (objetivo mental) por cambiar su forma de ejecución (beneficio muscular)? ¿Padecemos del prejuicio (actitud mental) de poner en serias dudas que un cambio en nuestra ejecución (práctica muscular) va a servir incluso hasta para decidir si se descarta? ¿Piensas seguir cometiendo siempre los mismos errores?
Esto y otros temas relativos iremos tratando en este primer sector o etapa. Y esperemos que te sirvan de ayuda.
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